El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado este jueves, en una tensa sesión marcada por el voto de calidad del alcalde, José Luis Sanz (PP), el retorno al modelo tradicional de la Feria de Abril, que se celebrará de martes a domingo. La medida, que contó con la abstención de Vox y los votos en contra del PSOE y Con Podemos-Izquierda Unida, culmina un proceso de modificación de la ordenanza reguladora iniciado en diciembre y respaldado por una consulta previa que reflejó un ajustado apoyo ciudadano al modelo tradicional (52% frente al 48% favorable al formato largo).
La Feria de Abril de 2025 comenzará el martes 6 de mayo, tras el tradicional “Pescaíto” del lunes 5, y concluirá el domingo 11. Se mantiene, además, el festivo del miércoles, mientras que la festividad local de San Fernando (30 de mayo) dependerá de la coincidencia de un festivo nacional durante la Feria.
Un cambio polémico
El delegado de Fiestas Mayores, Manuel María Alés, justificó la urgencia de la medida en la «inquietud de los sevillanos y actores implicados en la Feria», asegurando que el compromiso electoral del PP se ha cumplido. Sin embargo, las críticas de la oposición no se hicieron esperar. Juan Carlos Cabrera (PSOE) tachó la modificación de “chapuza” y cuestionó la legitimidad de la consulta previa. “La votación no permite discernir lo que realmente quiere la ciudadanía”, afirmó, añadiendo que la reducción de días podría suponer un perjuicio económico al mantener las tasas actuales para caseteros y feriantes.
El PSOE también defendió el modelo largo, implementado en 2017, destacando su impacto positivo en el turismo y la hostelería gracias a la extensión de la Feria a dos fines de semana. Cabrera auguró que, para 2028, la Feria volverá a recuperar este formato.
Por su parte, Vox expresó su malestar por no haber visto el texto completo de la nueva ordenanza en el pleno, aunque no se opuso al cambio tras asegurarse el compromiso de mantener el día de San Fernando como festivo local. Ismael Sánchez (Con Podemos-IU) criticó la falta de debate y transparencia, calificando de insuficientes los mecanismos de consulta utilizados.
Reacciones sociales y logísticas
El regreso al modelo tradicional ha generado división entre los sevillanos. Mientras algunos celebran la vuelta a las raíces de la Feria, otros lamentan la pérdida de los beneficios económicos asociados al formato largo. El debate también ha puesto de manifiesto la necesidad de regular la llamada «Preferia», un periodo de actividades previas no oficializadas que podría alargar la duración efectiva del evento.
En respuesta a las críticas, el PP ha anunciado que el nuevo articulado de la ordenanza abordará esta cuestión, aunque asegura que la Preferia ya existía con el formato largo y no fue regulada por el anterior gobierno socialista.
Fiestas Mayores y tensiones políticas
En paralelo, el pleno aprobó declarar como Fiestas Mayores los días de San Fernando y la Inmaculada Concepción, vinculando la festividad del patrón de Sevilla a la existencia de un festivo nacional en la Feria. Este acuerdo, impulsado por Vox, refuerza el pacto entre esta formación y el PP, aunque el PSOE ha señalado la fragilidad del gobierno municipal al depender del voto de calidad del alcalde para sacar adelante medidas clave.
El regreso al modelo tradicional de la Feria de Abril refleja no solo un cambio en la organización de uno de los eventos más emblemáticos de Sevilla, sino también las tensiones políticas y sociales que atraviesan la ciudad, marcadas por debates sobre tradición, economía y representatividad ciudadana.