Sevilla se transforma para acoger este sábado uno de los eventos deportivos más esperados del año: la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Real Madrid. La ciudad vive ya un ambiente festivo y futbolero, con hoteles al completo y un impacto económico que superará los 60 millones de euros.
El estadio de la Cartuja de Sevilla acoge este sábado a las 22,00 horas el partido final de la Copa del Rey entre el FC Barcelona y el Real Madrid con la asistencia del rey Felipe VI, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el alcalde hispalense, José Luis Sanz, pero el plato fuerte para la economía son los miles de aficionados que abarrotarán el estadio que luce para la final tras haber sido remodelado.
Se prevé que al estadio acudan unos 26.000 seguidores de cada equipo, aunque serán muchos más los que llenen bares, restaurantes y zonas de ocio para disfrutar de la jornada. Se ha calculado la llegada de alrededor de 70.000 visitantes para el evento deportivo a la ciudad.
El sector hotelero ha alcanzado el denominado «lleno técnico», tal como ha confirmado Manuel Cornax, presidente de la Asociación de Hoteles de Sevilla. No queda ni una habitación disponible en la ciudad, reflejo del enorme tirón de esta final. La llegada anticipada de aficionados ha generado un dinamismo extra al sector hostelero sevillano en estos días antes de la final.
Para garantizar la seguridad, el Ayuntamiento ha diseñado un dispositivo especial que contará con 230 agentes de la Policía Local, en coordinación con un amplio despliegue de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, dado el carácter de alto riesgo del encuentro.
La movilidad también será clave: la flota de taxis estará operativa al completo y los autobuses hacia el Estadio de La Cartuja reforzarán su frecuencia de paso para facilitar los desplazamientos.
Mientras tanto, Sevilla ya luce los colores de ambos clubes en las fan zones habilitadas, donde los aficionados podrán disfrutar de música, barras, pantallas gigantes y espectáculos de luz y sonido, animando una fiesta que promete ser inolvidable.